viernes, 24 de diciembre de 2010

Es Navidad. Hablemos de Jesús.

Los que me conocen saben que no he sido muy aprehensivo respecto a la onda pop. No quiero quedar como un tipo intelectualoide, reacio a ser parte de la masa y con tendencia a elegir lo contrario a lo que el común denominador sugereriría, pero ¿Qué puedo decir? Las canciones de Juanes son todas iguales y la moda es más moda mientras más barata y más cóMODA sea.

De cualquier manera no entrar en la onda pop creo que es algo malo, o por lo menos se puede intuir algún vicio. Dejando de lado el hecho de que en una reunión social uno no puede aportar mayor cosa porque en términos generales uno no tiene ni idea de lo que se habla creo que ser "Popper" (¿Alguien sabe el gentilicio de la tribu urbana POP?) te abre los sentidos a comprender el mundo a fijarte más en él, talvez no de la manera correcta pero de que se fijan más, lo hacen.

Para mis amigos poperos, es lo mejor que pude hacer por defenderlos, lo siento.

Tras la lupa pop, desafortunadamente, cosas no solo como la música, la literatura o el arte en general, se despojan de todo detalle y análisis. Y Para no ahondar en cosas que bien podrían ser tema de otro post, con pena debo decir que han llegado tan lejos que hasta han despojado a algo tan sublime como la Navidad de su significado. Y debo reconocer que en eso han tenido más tenacidad que los cristianos haciendo fuerza por lo contrario.

Creo que es bonito y confortante que al menos un día al año la gente se reúna y conversen, se rían, beban y gocen entre todos, que vean cuánto crecieron los niños y cuánto envejecieron los otros. Aún así hay algo que falta. Y sucede que al día siguiente todo vuelve a ser como antes en la gran mayoría de casos. ¿Porqué?

¿Talvez porque el árbol de pino no tiene las suficientes bolitas? ¿Será porque no tenemos chimeneas en Guayaquil? ¿Será talvez porque el pesebre de nuestra casa no es igual al de Belén sino al del Polo Norte? ¿Será que no entendimos el mensaje de la navidad, o sea el "Jo jo jo"?

¿Porqué los Cristianos Católicos, y los otros también, permitimos esto? El verdadero protagonista de la Navidad es JESÚS, el que todos esperaban que naciera, el que vino con el mensaje, ¡Él!. Pero como es más fácil dar un regalo que un mensaje sincero de fé, Papá Noel tomó su lugar. Como es más fácil comerse el pavo que sentarse a reflexionar, Papá Noel tomó su lugar. ¿Cómo dejamos que pase? ¿Porqué reducimos la fe a los adornos de rojo y verde? No puedo creer que nos identifiquemos con los muñecos de nieve y los trineos y las películas, que muy bonitos y todo no son nuestra fé ¿Es que acaso olvidamos lo que creemos? La onda pop nos propuso eso hace mucho tiempo y nosotros lo aceptamos así sin más como tantas cosas sin preguntar sin reflexionar, solo tomamos lo que nos dieron, y en el camino botamos nuestra creencia, nuestra fe, lo botamos a Él. ¿Se preguntan si por esto la Navidad nos dura tan poco?

¿Jesús tuvo la culpa por no traer un juguete, algo que combine con los zapatos o que sirva para hacer algo? ¿Tuvo la culpa solo por traer vida y en abundancia? El Salvador nació en un pesebre, no había adornos ni regalos, había un mensaje, el de amor. Creo que cambiar todo eso por el árbol de un viejo es crucificar dos veces al Señor meses antes de la Semana Santa.

Quiero dejar en claro mi rechazo a esta forma en que una vez más traicionamos lo que creemos, mi rechazo a nuestra falta de coherencia que llega hasta cosas como esta en que traicionamos a nuestro propio Maestro, Dios y Salvador y junto con Él todos nuestros valores. PERO NO TODO ES CRÍTICA, este preámbulo largo en el que quise reflexionar (la Navidad para mí, pese a discrepancias con algunos, es un tiempo de reflexión más que de celebración) me ha dado pie a rendir un homenaje primero a nuestro Señor, la razón de estas fechas, y luego a todos sus seguidores:

Al que abrazó a su hijo y a su esposa y conversaron y rieron como la Sagrada Familia, al que se reconcilió y oró junto con ese familiar o amigo con el que se peleó mucho tiempo atrás, a los que juntos fueron a misa y al salir se sintieron diferentes, al que se dio cuenta de que su vida no estaba bien encaminada y orando hizo un propósito firme de cambiar y ser mejor, al que se dio cuenta de que el regalo sin amor no vale de nada, a los que salieron a la calle y alegraron a los niños de la calle, a los ancianos del asilo, a los enfermos del hospital, que ni siquiera piensan que en ese momento fueron más poderosos que nunca porque se volvieron Dios y porque vieron a Dios en el otro y que por eso hubo un lazo tan grande que decidieron no volver a la siguiente Nochebuena sino al siguiente día. A todos ellos que un día como hoy vieron tanta generosidad que no se pudieron contener y decidieron que su vida a partir de entonces solo sería para eso y lo dejaron todo y regalaron todo, pero al final fueron los que más recibieron. A todos esos que hicieron de su corazón un pesebre más para que Jesús nazca y marque su vida, a todos los que hacen la Navidad una cosa de renacer día a día, a todos ellos y a ti también les envío un grande abrazo, les rindo un gran homenaje y les extiendo mi más sincero sentimiento de admiración y respeto.

Para todos ustedes, felices fiestas. Que El Señor nazca en sus corazones hoy y todos los días.